Comprar libro

Es muy difícil atrapar lo intangible, pero cuando alguien nace con una cicatriz en el alma, se pasa la vida intentando conseguir ese milagro. ¿Cómo se explica una emoción, una idea, un sentimiento? ¿Cómo se expresa lo inexpresable? Esa es la búsqueda a la que se ve obligado cualquiera que haya nacido con esa cicatriz abierta en su interior. Un esfuerzo agotador que por otra parte, aún teniendo éxito, no siempre logra sanar la herida y casi nunca acaba de llenar el vacío.

Detrás de los poemas recopilados bajo el titulo “Versos en la maleta” se vislumbra ese esfuerzo. Un esfuerzo sincero y honesto por intentar entender y transmitir lo que no deja de ser un absoluto misterio. El intrincado jeroglífico de nuestras emociones y sentimientos. La profunda fuerza de nuestros deseos. El incomprensible viaje en el que todos nos vemos inmersos.

Son versos fáciles de entender preñados de incomprensión. Delicados versos que se acercan de puntillas a la frágil esencia del amor. Versos de desamor teñidos de dolor pero también de esperanza. Versos de soledad, de perdida, de añoranza, versos dolidos, agradecidos, versos llenos de preguntas, llenos de respuestas, todas acertadas, todas equivocadas, versos que destilan asombro y ternura, versos eso si, que dejan adivinar la mirada de unos ojos tristes tras cada metáfora y palabra.

Algunos de ellos dieron sus primeros pasos hace más de treinta años surgidos de una personal sensibilidad y de la necesidad de expresar una manera de sentir pero han seguido creciendo junto a su autor no solo de forma honesta sino también paciente y constante. Guardados en carpetas, cajones de diferentes mesas, cajas de mudanzas o maletas, lo han acompañado en su viaje vital, asentándose poco a poco, fermentando, alimentándose, ganando en complejidad y en códigos secretos, y ahora por fin han decidido salir a la calle a conversar con otras personas, a reflejar otras miradas a andar por el mundo lejos del hogar paterno.

Si os acompañan unos momentos, dejar que se acerquen y os abracen bien fuerte.

Carles Edo Marzal nace el 13 de marzo de 1960 en Barcelona, en el barrio de Horta y sus calles son testigo de sus primeras y a menudo solitarias correrías. Seis meses antes de cumplir los diecisiete, con su tercer o cuarto sueldo en el bolsillo como chico de los recados en un estudio de diseño gráfico, abandona el hogar familiar y se traslada a vivir a Sabadell donde reside hasta los veintiuno. Ha sido chico de los recados, traficante a pequeña escala, criador de pollos, empleado de banca, pintor, transportista, camarero, encargado de un local nocturno, gerente de una cooperativa de consumo y finalmente desde 1990, en una vuelta inesperada a los orígenes, maquetista y diseñador gráfico editorial. En 1989 cierra una puerta que nunca más ha vuelto a abrir aunque esa liberadora decisión no consigue que su vida disminuya un ápice su extraña intensidad. La pérdida de numerosos amigos, de su prima hermana y de su primera mujer marcan el principio de esta etapa pero cuando cree que el destino de todos ellos va a ser también el suyo, conoce a Marta, su actual compañera, y con ella inicia un nueva travesía que le ha llevado a regiones inexploradas. Ahora vive en Sant Cugat del Valles, es padre de una hermosa niña de trece años y de un sensible y vital niño de siete y su forzada y prematura expulsión del mercado de trabajo le ha proporcionado el tiempo necesario para dar forma a un sueño que le acompaña desde el día en que leyó su primer libro. Este poemario es una pequeña parte de los esfuerzos realizados a lo largo de los años para atrapar ese sueño.

Carles Edo Marzal